PRIMER ANIVERSARIO ALTURA MAGAZINE
Hoy es el primer aniversario de Altura Magazine y desde aquel 30 de marzo de 2021 han pasado muchas cosas, pero partamos por el comienzo.
La pandemia me acercó nuevamente a la montaña y escribir siempre me ha salvado la vida. Quise juntar ambas y empezar una revista. Desafiarme deportivamente, hablar sobre política y democratizar la Cordillera de los Andes para que todo el mundo pueda conocerla.
El encierro del 2020 me hizo mirar hacia la montaña como refugio, sentir el viento en la cara, las ganas de caminar, padecer el frío como forma de entrenar el temple para poder aguantarlo todo, esquivando cualquier obstáculo. Compartir la comida, un tecito caliente y darse ánimo entre las cordadas. Escuchar atento los cauces de agua como mantra de vida y hacerse presente, siempre.
Volví a recorrer la travesía de la Sierra de Ramón después de muchos años, me reencontré con el Apu Wamani y me volví loco con la escalada y la progresión en glaciar del Retumbadero Alto y El Morado.
Mientras tanto, me fui a Pichilemu a trabajar, y escuché atento a Juan Carlos Vargas. Emprendedor implacable, me transmitió como nunca antes que el laburo se disfruta si uno ama lo que hace. Cueste lo que cueste. Se hablaba mucho de surf y la revista Lineas Magazine es un referente en la zona, y lo fue también para mí. Quería vivir y respirar montaña.
Regresé a Santiago y exploré los cerros de La Florida y de a poco me fui yendo hacia el sur. Mientras seguía creando contenido, la motivación aumentaba y subí al cerro La Paloma con la frase “cumbre o muerte” en la cabeza. Volví a participar activamente con la Rama de Montaña Universidad de Chile (RAMUCH), el club de mis amores. Intenté el volcán San José y el cerro Andrade, en el Cajón del Maipo.
Empecé a habitar las intenciones, la planificación y la proyección de lo que pides al universo. De manera consciente, había decretado la abundancia de montañas en mi vida y así me fui a vivir a Pucón, al lado del Rukapillán, y subí todos los volcanes del llamado cordón de fuego. Compartí con Nico Om, a quién le estaré eternamente agradecido.
La revista me mantiene atento a lo que pasa en las montañas, con los glaciares, el agua, la cultura andina y las hazañas deportivas. Tenemos la misión como sociedad de participar, fiscalizar y exigir la protección de la naturaleza y las comunidades.
Seguiremos trabajando para que los ecosistemas y toda la naturaleza sean una prioridad en estos tiempos. Espero que Altura Magazine se siga fortaleciendo como un espacio de conversación y de lucha, con muchos desafíos y oportunidades por delante.
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